Descubriendo qué es un síndrome


Hay temas que suelen despertar mucha curiosidad y que a muchas personas les parece relevante, es por ello que he tratado de escribir y explicar algunos síndromes dentro de la Psicología que son interesantes de conocer.

Antes de pasar a hablar de la selección que he hecho, es bueno saber que, un SÍNDROME es un cuadro clínico que está formado por una cantidad de signos y síntomas, que pueden darse de manera temporal o de manera más continuada, y que pueden desaparecer con el paso del tiempo.

Los síndromes suelen llevar el nombre del médico o científico que los describió por primera vez (por ejemplo, Síndrome de Down  o Síndrome de Susac). Otras veces (más raramente) reciben el nombre del paciente en el que se diagnosticaron por primera vez (por ejemplo, síndrome de Duncan), o en referencia a la poesía, la geografía o la historia, como el Síndrome de Estocolmo, en referencia al atraco al Kreditbanken en Norrmalmstorg, Estocolmo, entre el 23 y el 28 de agosto de 1973.

ALGUNOS TIPOS DE SÍNDROMES

SÍNDROME DE PETER PAN

En 1983 el psicólogo Dan Kiley decide escribir un libro sobre lo que él llamó el Síndrome de Peter Pan. Él se centró en explicar cómo muchos hombres adultos tienen dificultades para crecer, se quedan instalados en una inmadurez eterna, y pueden continuar con actitudes propias de un adolescente, pueden no haberse independizado de la casa familiar.

Es interesante pensarlo en ambos sexos, no sólo en hombres, ya que estas características descritas anteriormente también pueden darse en mujeres. Por otro lado, sería conveniente valorar cómo la familia del supuesto “´Peter Pan”, ha favorecido la autonomía e independencia, ya que no podemos colocar toda la responsabilidad en él, hay padres que están deseosos de mantener su rol, de tener “niños o adolescentes” a los que criar de por vida.

SÍNDROME DEL EMPERADOR

En este caso, vamos a hablar de una familia donde los roles están cambiados, es decir, la autoridad que tiene que estar representada en los padres o figuras adultas resulta que recae sobre el menor. El hijo/a se ha convertido en un tirano/a, son los reyes de la casa, los que dictan las órdenes, no existe ningún tipo de norma, límites ni consecuencias frente a ellos.

Hay que ver en cada caso, podemos tener padres sobreprotectores a los que se les ha ido de las manos y tienen dificultades para hacerse con la autoridad, padres indiferentes que han desatendido a sus hijos y son éstos los que a falta de un guía, han cogido el timón de sus barcos, padres que tienen muchas dificultades para equilibrar el afecto junto al establecimiento de normas. Lo cierto es que muy probablemente estas familias necesiten ayuda para restablecer la situación de manera adaptativa.  

SÍNDROME DE DIÓGENES

Este es uno de los síndromes más conocidos por todos, se ha oído en las noticias, o visto en alguna película, aunque no por ello tiene menos interés. Diógenes fue un filósofo que disfrutaba de una vida libre de comodidades y bastante austera. Muchas veces se utiliza este término de manera coloquial, cuando hablamos de personas a las que les gusta acumular objetos o pertenencias y tienen muchas dificultades para desprenderse de ellas.

          La realidad es que quien padece este síndrome como tal, suele presentar alguna enfermedad mental, ya que no sólo acumulan grandes cantidades de objetos e incluso de basura, sino que conllevan un abandono en la higiene personal, están aislados socialmente y recluidos en el hogar.

SÍNDROME DE COUVADE

Viene de la palabra francesa “couver” que significa criar, y afecta a hombres que van a ser padres. Al estar cerca de la embarazada, pueden notar cómo aparecen ciertos síntomas que son propios de la mujer durante el embarazo: antojos, náuseas y mareos, rechazo por el sabor de comidas, mayor sensibilidad e irritabilidad, aumento de peso.

Los hombres también pueden experimentar distintos miedos durante el embarazo de su futuro bebé, y como los síntomas tienen que ver con el cuerpo, podemos pensar en algo que recuerdo muchas veces en consulta: “Cuando un conflicto psíquico no se puede expresar de forma verbal, se transforma y se acaba manifestando a través del cuerpo. Sería una hipótesis tras la que estaría este síndrome.

SÍNDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL

 El psiquiatra infantil Richard Gardner habló de este término en 1985. Cuando existe una separación y/o divorcio complicado por conflictos en la pareja, los hijos a veces quedan inmersos en ellos por responsabilidad de estos padres. La consecuencia de esto es que los hijos en vez de quedarse en una postura imparcial y protegidos de todo conflicto, son manipulados por uno o ambos progenitores en contra del otro. Suele ser muy común cuando se lleva a cabo el proceso para determinar quién se queda con la custodia. La conclusión es que el hijo/a acaba tomando partido y teniendo una visión hostil y contraria hacia el otro progenitor como una forma de aliarse con el otro.

SÍNDROME DE ULISES

Ulises fue un héroe que vivió múltiples adversidades lejos de sus seres queridos, de ahí, que este síndrome haya cogido su nombre, también conocido como el síndrome del EMIGRANTE con estrés crónico.

Por lo tanto, los síntomas relacionados con este síndrome tienen que ver con sentimientos de estrés por tener que luchar para sobrevivir, por buscar alimento, vivienda, cómo sustentarse económicamente… y todo ello estando lejos de su país de origen, y de sus vínculos estrechos. No estaríamos hablando de un duelo normal de cualquier persona que emigra de su país, sino de una variante más extrema y mantenida de forma prolongada.

SÍNDROME DE “BURN OUT”

Este es otro síndrome probablemente muy conocido. El “estar quemado” que sería su traducción, se refiere a un agotamiento físico, emocional y mental al que se llega tras haber perdido el interés por las tareas a realizar, con una desgana y apatía... Puede verse en profesiones que supongan un desgaste continuo a nivel emocional ( por ejemplo, personal sanitario, docentes, seguridad del Estado, en atención al cliente…). Es fundamental detectarlo para poder atajarlo cuanto antes, ya sea para ver opciones de cambio, de descanso y entender cómo se ha llegado hasta ahí.

SÍNDROME DE MUNCHAUSEN

Este síndrome se caracteriza por padres que “crean” síntomas físicos y/o psicológicos en sus hijos para tener que llevarle al médico. Es una forma de fomentar la existencia de dolencias de forma repetida y constante, para que mientras la “enfermedad” dure, ellos como padres sean los que están a cargo de esos hijos enfermos y sean eternos cuidadores. Sin lugar a dudas es un tipo de maltrato infantil.

SÍNDROME DE FRÉGOLI

Se caracteriza por la falsa identificación de un extraño, que es confundido con una persona familiar. En estos casos el paciente mantiene que la persona familiar difiere en apariencia física del extraño; pero es la misma persona desde el punto de vista psicológico.

SÍNDROME DE OTELO

El síntoma central de este cuadro es la idea delirante de que la esposa es infiel. Aparece en los dos sexos. Sin embargo, parece que en la práctica clínica es más común en hombres que en mujeres.

SÍNDROME DE COTARD

También conocido como delirio nihilista. La persona cree que ha perdido todo (incluso su vida, llegando a creer que está muerto).

SÍNDROME DE EKBON

También se conoce como parasitosis delirante, formicación o delirio dermatozoico. La persona presenta el delirio de estar infestado. El afectado cree que insectos, piojos, gusanos o cualquier otro tipo de invertebrados, viven o crecen de alguna forma en su piel y, a veces, en su cuerpo.

SÍNDROME DEL IMPOSTOR

El síndrome del impostor es un patrón psicológico en el que la persona duda de sus logros y tiene un temor persistente de ser descubierta como un "fraude", a pesar de evidencias externas de sus competencias.

 

Aquellos que experimentan este síndrome a menudo son incapaces de internalizar sus éxitos, atribuyendo su éxito a la suerte o a engañar a otros para que piensen que son más inteligentes o competentes de lo que creen ser. Aunque no es un trastorno diagnóstico en el sentido clínico, el síndrome del impostor puede tener un impacto significativo en la autoestima y el bienestar mental de una persona.

SÍNDROME DE TOURETTE

El síndrome de Gilles de la Tourette es un trastorno caracterizado por movimientos repetitivos o sonidos indeseados (tics) que no se pueden controlar con facilidad. Por ejemplo, la persona afectada puede de manera repetida parpadear, encoger los hombros o emitir sonidos raros o palabras ofensivas.

SÍNDROME DE ESTOCOLMO 

El síndrome de Estocolmo es una reacción psicológica en la que la víctima de un secuestro desarrolla un fuerte vínculo afectivo con quien realiza el secuestro, llegando incluso a tener sentimientos positivos hacia sus secuestradores y mostrar miedo e ira contra las autoridades policiales que darían fin al secuestro.

El nombre de la ciudad, Estocolmo, no es en vano ya que el origen de este síndrome data de Agosto de 1973, cuando se trató de robar el Banco de Crédito de Estocolmo. Jan Erik Olsson, el ladrón de bancos, tuvo que tomar como rehenes a tres mujeres y un hombre... y paradójicamente estos acabaron protegiendo a su raptor ante la policía.

Esto se debe, al parecer, a que las personas secuestradas malinterpretan la ausencia de violencia por parte de su secuestrador/a como un acto de humanidad. Siendo así, ante la respuesta hostil que la policía al otro lado está mostrando, las personas secuestradas se posicionan del lado de quien les raptó.

SÍNDROME DE LIMA

El síndrome de Lima es la cara opuesta de la moneda; se centra en secuestradores más que en las personas secuestradas. Esto es, quienes han secuestrado o raptado a las personas comienzan a desarrollar compasión hacia sus víctimas hasta el punto en que terminan liberándolas pese a que ello significa que pierden un activo con el que negociar con la policía.

Su origen data de finales de 1996 y comienzos de 1997, cuando 14 miembros del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) tomaron cientos de rehenes de la embajada japonesa de Perú pidiendo que los presos de dicho movimiento, perpetuamente encerrados en celdas de castigo, a bajísimas temperaturas y durmiendo sobre el suelo sean liberados o que se mejorasen, al menos, sus condiciones de confinamiento. Al mismo tiempo también solicitaban que se modificase la política económica para evitar la miseria, el paro y el analfabetismo latente en la mayor parte de la población peruana.

 

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